El concepto de “singularidad” proviene de la cosmología para hacer referencia no solo a un momento crítico de cambio de tendencia histórica, sino al alumbramiento de un nuevo mundo e impredecible. Aunque el concepto sea asociado actualmente a Ray Kurzweil para describir el momento (supuestamente próximo) en el que las máquinas superen la inteligencia humana promedio, el primero en utilizar el término fue el matemático John von Neumann, para describir un horizonte de eventos de cambios en la humanidad. Luego, el también matemático y escritor de ciencia ficción Vernor Vinge lo unió a los avances en ciencias de la computación en su ensayo de 1993, “The coming technological singularity: How to survive in the post-human era”.
A diferencia de Ray Kurzweil, otros pensadores advierten que probablemente no sean las máquinas las que superen a los humanos, sino que con el avance de la biotecnología, la nanotecnología y el poder de cómputo, ciertas personas se convertirán en “super-humanos” mientras otros se quedan atrás, en virtud de diferencias económicas y de acceso.
A su vez, el filósofo esloveno Slavoj Zizek, advierte sobre el momento en el que los cerebros humanos puedan conectarse entre sí y con su contexto. Como dice el pensador, hay ciertos avances en esta línea que nos permitirán, por ejemplo, hacer un café con tan solo mirar a la cafetera. Esto implica un cambio metafísico enorme para el humano. El momento en el que uno pueda modificar su entorno con tan solo pensarlo, la línea que separa nuestro pensamiento de la realidad se desvanece (o se reduce) y esta misma separación es lo que constituye nuestra individualidad.